La República Dominicana presume de tener las playas más hermosas del mundo, y una de las mejores tiene que ser la playa que visité recientemente. Es un paraíso absoluto, con aguas cristalinas, arena blanca y suave y exuberantes palmeras que se balancean con la brisa suave. La playa es perfecta para nadar, tomar el sol y dar largos paseos por la orilla. La vista es impresionante y la atmósfera es tan serena que es difícil no sentirse relajado y en paz. Si estás buscando un lugar para relajarte y escapar del bullicio de la vida cotidiana, entonces esta playa es definitivamente el lugar donde estar. Lo recomiendo encarecidamente a cualquiera que quiera experimentar la belleza y la tranquilidad de la República Dominicana.