Esta playa es un paraíso para nuestros amigos peludos. Las aguas poco profundas y las zonas sombreadas son perfectas para que los perros jueguen y se refresquen, y las duchas disponibles facilitan el enjuague de la sal y la arena. No hay reglas estrictas, lo que permite a los perros ser ellos mismos y divertirse. Los dueños pueden relajarse en sombrillas y tumbonas gratuitas, con solo una pequeña tarifa de 3 euros por sus compañeros peludos. Sin duda, este es uno de los destinos más agradables para visitar en Italia.