Afrontémoslo, Madeira es un paraíso para aquellos que buscan aventuras, entusiastas de la naturaleza y aquellos que desean escapar del ajetreo y el bullicio de la vida en la ciudad. Sin embargo, si buscas playas prístinas, tendrás que dirigirte a Porto Santo, que está a un tiro de piedra. Las playas en Madeira son naturales e inmaculadas, a diferencia de las que se ven en los folletos de viaje. Praia das Palmeiras es un lugar perfecto para relajarse y escuchar el sonido reconfortante de las olas. También puedes disfrutar de amaneceres impresionantes con las Ilhas Desertas asomándose en la distancia. Lo mejor es que no está abarrotado de turistas, por lo que puedes saborear la paz y la tranquilidad. Si viajas con niños, hay un parque infantil justo al lado de la playa donde pueden divertirse mientras tú tomas el sol. El centro de la ciudad está a un tiro de piedra, y durante el invierno, parece un pueblo olvidado al final del mundo.