Esta pequeña y tranquila playa en Corme, en la Costa de la Muerte, es un gran lugar para pasar el día. Es fácil de encontrar, con estacionamiento y señales que llevan hasta allí. La playa está bordeada de fina arena blanca y hay muchos árboles y mesas de piedra para disfrutar. Además, durante los meses de invierno, los atardeceres aquí son simplemente impresionantes.