Esta playa serena es una joya escondida, solo accesible por un encantador sendero que no requiere más de un paseo relajado de 15-20 minutos. A su llegada, será recibido por una costa pacífica y casi desierta, perfecta para un día de relajación al sol.
Es importante tener en cuenta que esta playa es un refugio natural, sin estructuras artificiales que resten belleza a su entorno. Si bien esto significa que no hay duchas, baños o bares, también significa que puede sumergirse completamente en el tranquilo entorno.
Aunque no hay socorrista de guardia, las aguas tranquilas la convierten en un lugar seguro para nadar y realizar actividades acuáticas. El estacionamiento está disponible al comienzo del sendero, con espacio para hasta cuatro autos, y se requiere una pequeña tarifa de R$15. En general, esta playa apartada es la escapada perfecta para aquellos que buscan un escape tranquilo del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana.