Las palabras no pueden expresar cuánto adoramos nuestra estadía en Varu by Atmosphere. La comida era increíble, las vistas impresionantes y cada aspecto del complejo superó nuestras expectativas.
El personal jugó un papel muy importante a la hora de hacer que nuestra estancia fuera tan increíble. Nos hicieron sentir como amigos e hicieron todo lo posible para satisfacer todas nuestras necesidades. No sería justo no mencionarlos, ya que realmente merecen un reconocimiento.
En Bay Rouge tuvimos el placer de disfrutar de los mejores cócteles que jamás hayamos probado. Hemant y Chamila, los talentosos y creativos bartenders, nos atendieron con la mayor amabilidad y profesionalismo. Nalin, Nazur, Rishikesh, Yumnam y Magharita fueron personas trabajadoras que siempre supieron exactamente lo que queríamos y se aseguraron de que nuestros vasos nunca estuvieran vacíos y nuestros tazones de refrigerios estuvieran siempre llenos. Cada velada que pasamos con ellos estuvo llena de risas y diversión.
Ahora, hablemos de la comida. Chilli and Lemon fue absolutamente impecable. El personal de servicio, especialmente Subh, Mohammed, Hidayat y Zain, fueron excepcionales. Fernando y Aisar, el pizzero, siempre se tomaron el tiempo para charlar con nosotros y se aseguraron de que la comida fuera siempre excelente. Nuestro restaurante favorito, Charcoal, fue administrado muy bien por Nazur, y tenemos que agradecer especialmente a Nisha, quien nos convenció de cenar allí nuevamente. El chef Vikas también merece un gran reconocimiento por preparar los kebabs de pollo y los platos principales de pollo más increíbles. Las especias y la calidad de la cocina no se parecen a nada que hayamos experimentado.
Adam, el salvavidas, fue otro miembro del personal que hizo que nuestra estancia fuera inolvidable. Siempre se tomaba el tiempo para mostrarnos los tiburones y la vida marina, que era algo que realmente quería ver. Nos dio el momento perfecto para regresar y, efectivamente, pude presenciar la belleza de los tiburones y la vida marina.
Por último, nuestra habitación y ama de llaves, Mamun, fueron absolutamente increíbles. Nos visitaba dos veces al día para garantizar nuestra comodidad y siempre se tomaba el tiempo para comprender nuestras preferencias. Los diseños de toallas que nos dejó fueron realmente mágicos.
En nuestro último día, mi esposo enfermó y, si no fuera por Nisha y Nazur, no se habría recuperado tan rápido como lo hizo. Nazur preparó un trago de jengibre increíble y Nisha se aseguró de que mi esposo estuviera cómodo y bien atendido en todo momento. Ella incluso logró