En el pasado, esta playa era conocida por su tranquilidad a pesar de su proximidad a Puerto Marquez. Quizás debido a las opciones limitadas de comida y bebida, los visitantes eran escasos. Sin embargo, en los últimos años, la playa se ha inundado de vendedores y turistas por igual. Desafortunadamente, este flujo ha traído consigo un aumento significativo en la basura y la contaminación. Además, aquellos que proporcionan transporte a la playa han comenzado a cobrar precios exorbitantes. Es una lástima ver un lugar tan hermoso ser invadido por el comercio y la falta de respeto por el medio ambiente.