Durante la primera parte del año, me topé con una joya escondida: el Delta del Ebro. Aunque lo había visitado de niño, no había vuelto hasta hace poco. Para mi deleite, me enamoré de él de nuevo. El fin de semana estuvo lleno de experiencias inolvidables, pero lo más destacado fue sin duda la caminata de 3 horas por la playa de Fangar, culminando en una impresionante puesta de sol en el faro. Los recuerdos de ese momento están grabados en mi mente, y cada vez que veo fotos de la playa, anhelo volver. ¿Has visitado este paraíso todavía?