El sendero de la playa era como un pequeño túnel de árboles, encantador por cierto. Aunque las olas eran demasiado fuertes para los niños, los adultos podían deleitarse con su belleza. La arena era impresionante, suave e impecable. No había mucha gente en la tarde del jueves, lo cual era perfecto para nosotros. El camino hacia la playa era impresionante, y se puede apreciar en las fotografías. Esta playa se ha convertido en una de mis favoritas y definitivamente la recomendaría. Aunque, ¡no vimos ningún burro!