Amplia costa que parece ser una joya escondida. La playa es accidentada, con olas ligeramente agitadas, pero cuenta con numerosos rincones apartados y piscinas donde se pueden observar pequeños peces, cangrejos y erizos de mar. Cuando recojas un puñado de arena junto a la orilla del agua, ¡te sorprenderá gratamente encontrar un cangrejo ermitaño entre las diminutas conchas!
El área de estacionamiento es espaciosa y gratuita, lo que hace que sea fácil conseguir un lugar lejos de las multitudes. Logramos crear nuestro propio pequeño oasis durante una hora durante la parte más ocupada del día. Para colmo, una tortuga marina nos visitó, nadando y pasando el rato tranquilamente cerca.
Si te encuentras con una tortuga, resiste la tentación de perseguirla o tocarla. Simplemente permítale seguir con sus asuntos. En nuestro caso, la tortuga casi nadó hacia nosotros antes de que notáramos su presencia.