Si bien las playas suelen ser agradables, esta en particular puede no ser adecuada para niños debido a su fuerte oleaje, grandes olas y corrientes fuertes, especialmente durante la marea alta.
Esta playa puede ser pequeña, pero sus aguas cristalinas la convierten en un destino que vale la pena visitar. Además, está convenientemente ubicada cerca de la fuente jesuita.
Un lugar de tranquilidad y serenidad, donde se puede pasear por kilómetros sin una sola ola que interrumpa sus pacíficas reflexiones. Y si necesitas refrescarte, no temas: hay muchos humildes puestos que sirven cervezas frías y deliciosas. La vasta franja de arena se extiende hacia Praia da Sereia y Praia do Sol, dos playas igualmente impresionantes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el mar tiende a ser un poco caprichoso en estas partes. Pero bueno, eso solo agrega emoción, ¿verdad?
¡Absolutamente fantástico! Esta playa es realmente una joya. Las aguas cristalinas y la arena suave crean una experiencia verdaderamente serena. El paisaje es impresionante y el ambiente es increíblemente relajante. Recomiendo altamente esta playa a cualquier persona que busque una escapada pacífica del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana.
¡Esta playa es increíble! El agua es cristalina y la arena es suave y blanca. Hay muchas instalaciones y actividades disponibles, como vóley playa, snorkel y paddleboarding. El único inconveniente es que puede estar muy concurrida durante la temporada alta, así que intenta venir temprano o tarde en el día. En general, recomiendo encarecidamente esta playa para un día divertido y relajante.