Esta isla es verdaderamente un hogar lejos del hogar. La conexión que siento aquí es indescriptible. La belleza de este lugar es incomparable y realmente me deja sin aliento.
A pesar de la pandemia en curso, la playa sigue siendo un bullicioso centro de actividad. El mero número de personas presentes da fe del atractivo del mar, que parece no haber perdido encanto alguno. A pesar de las multitudes, hay una palpable sensación de relajación y contentamiento que impregna la atmósfera. Es un testimonio del atractivo duradero de la playa que tantas personas sigan acudiendo a ella, incluso en estos tiempos inciertos.