La playa es absolutamente deslumbrante y se puede llegar en tan solo 15 minutos desde el muelle. El agua es cristalina y la arena es fina. Las instalaciones sanitarias están limpias y bien mantenidas. Sin embargo, si buscas opciones gastronómicas, es posible que te decepciones, ya que la única opción disponible en este lado de la playa son fideos secos con agua caliente.
La isla es bastante costosa, con los boletos de barco costando 300 baht para los residentes tailandeses y 600 baht para los extranjeros. Además, el área que se permite explorar es bastante limitada, ya que está bajo el control de la Marina Real Tailandesa. Por lo tanto, una visita de alrededor de 2 horas debería ser suficiente. Sin embargo, hay un rayo de esperanza - mientras hacía snorkel, tuve la suerte de avistar un pez Nemo.