Al fondear en esta pintoresca playa, disfrutamos de un delicioso almuerzo mientras nos empapábamos del sol. Las relucientes aguas nos llamaron para una refrescante sesión de natación y snorkel, revelando un mundo submarino de belleza sin igual. Las cristalinas aguas eran una vista digna de contemplar, invitándonos a sumergirnos y explorar. No obstante, debíamos estar atentos a los traviesos monos que eran conocidos por arrebatar comida a los visitantes desprevenidos. Los servicios de baño y ducha estaban convenientemente disponibles, asegurando una experiencia cómoda y refrescante.