Dimos un paseo hasta la playa, a la que se podía acceder por una cascada. Era un lugar muy bonito - tranquilo y apartado, sin nadie más alrededor.
Desafortunadamente, el café helado era demasiado lechoso y demasiado dulce. Sería mejor si le preguntaran la preferencia del cliente. La hamburguesa de pollo era decente, pero definitivamente hay margen de mejora. Los precios eran razonables y el personal era amable.