Las calificaciones de esta playa son demasiado altas. El agua es comparable a la playa de Episkopi, que está a solo 5 minutos en coche. La calidad de las tumbonas y sombrillas es inferior aquí. No está mal, pero no tiene esa calidad soñada. Personalmente, sugeriría elegir la playa de Episkopi en su lugar porque las tumbonas son más cómodas y la sombrilla es de mejor calidad. Tienes que pagar 5 euros por ellas, y creo que la taberna Kyma es realmente agradable.
La playa tenía una vista agradable y el agua estaba cálida e invitante. Sin embargo, el espacio disponible para extender la toalla era limitado. A pesar de la presencia de las carpas de madera, no pudimos encontrar a nadie que nos proporcionara un colchón hasta que nos íbamos.
Esta playa en el lado caribeño del istmo es una joya oculta con un sistema de cuevas cercano, perfecto tanto para nadar y tomar el sol, como para explorar.
Al aventurarse a esta playa, ejerza precaución al nadar ya que afiladas rocas de coral acechan a ambos lados de la orilla, ocultas por la marea alta. El camino que conduce a la playa abarca aproximadamente un cuarto de milla y está acompañado por los sonidos de los monos aulladores. La playa en sí es un espectáculo digno de contemplar con su belleza impresionante. Sin embargo, es mejor evitar el río que conduce a la playa ya que puede ser engañosamente profundo. Por último, tenga en cuenta el anuncio del guardaparques de que la playa cierra a medianoche.