La playa es solitaria y pacífica, ofreciendo un potencial paraíso con su propio arrecife de coral a poca distancia de las tiendas disponibles para alojamiento. El esnórquel es un punto destacado, y también hay senderos de escalada cercanos. Sin embargo, aunque la playa está ubicada en un parque nacional y tiene el potencial de ser perfecta, el personal podría ser más apasionado por la naturaleza, la vida silvestre y la hospitalidad. Aunque no son groseros, carecen de entusiasmo para ir más allá en el cuidado del medio ambiente. Se pueden encontrar residuos dejados por los huéspedes, y la comida del buffet no es nada especial, con opciones limitadas para aquellos que prefieren sabores más suaves. La única forma de llegar a la playa es en una lancha larga o en un ferry de alta velocidad, y aunque los precios son justos, la experiencia podría mejorarse con un personal más atento. En general, es una experiencia única y rara.