El Parque de la Playa de Rye es un destino fantástico para aquellos que buscan un día lleno de diversión en familia. La playa es prístina y tranquila, proporcionando una atmósfera serena para todos los visitantes. El personal del parque es increíblemente atento a la seguridad de sus huéspedes, asegurando que todos puedan relajarse y disfrutar de su tiempo sin preocupaciones. Además, el parque adyacente a la playa ofrece una gran oportunidad para un paseo tranquilo. Recomiendo encarecidamente el Parque de la Playa de Rye a cualquier persona que busque un día pacífico y agradable.
Este solitario árbol en la playa emana un aura mística, convirtiéndolo en el lugar ideal para presenciar una impresionante puesta de sol. Fue por pura casualidad que descubrimos esta joya escondida en un día nublado, que resultó ser la puesta de sol más impresionante que habíamos presenciado. La playa está salpicada de numerosas conchas de ostras, lo que añade a su encanto natural. Las aguas tranquilas son tan serenas que invitan a los visitantes a darse un chapuzón e inmersarse en la belleza de la naturaleza.
Esta era mi playa predilecta cuando era niño. El agua es tranquila y la atmósfera es serena, lo que la hace perfecta para nadar. Sin embargo, es exclusiva para los residentes de Glen Cove. Si estás visitando a alguien que vive allí, puedes obtener un pase de invitado en el Ayuntamiento.
Este lugar es una visita obligada, especialmente durante el atardecer cuando se puede capturar un momento pintoresco. La playa está situada en el Long Island Sound y proporciona una vista panorámica de la costa de Connecticut. Sin embargo, debido a su ubicación en la costa norte, la arena puede ser un poco rocosa y llena de conchas, por lo que es recomendable usar zapatos o sandalias. No obstante, la belleza natural de la playa vale la pequeña incomodidad.