En 2017, tuve el placer de nadar en una playa ubicada entre Malabo y Ziama, que sin duda fue una de las experiencias más refrescantes y vigorizantes que he tenido. Sin embargo, debo admitir que no es la mejor playa que haya visitado. No obstante, las aguas cristalinas y el ambiente sereno de la playa dejaron una impresión indeleble en mí, y la recomendaría altamente a cualquiera que busque una escapada pacífica y rejuvenecedora.