Anidado a lo largo de la costa se encuentra una impresionante extensión de playa virgen. La arena brilla como el oro bajo el cálido sol, y detrás de una parte de la playa, una gran duna se eleva para crear un impresionante telón de fondo. Un sereno lago o río se encuentra cerca, ofreciendo un retiro pacífico del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana. Me sentí atraído por la tranquila sombra de los árboles junto al lago, donde de vez en cuando me bronceaba desnudo sin molestar a nadie. Durante mi estancia de una semana, solo me encontré con otro naturista, lo que habla de la soledad y privacidad de este paraíso prístino. Nuestro alojamiento en el Riu Karamboa, situado junto a las dunas, era de primera clase y digno de una calificación de cuatro estrellas.