La playa en sí misma merece fácilmente cuatro estrellas, pero las instalaciones son un poco decepcionantes con solo dos estrellas. Teníamos el corazón puesto en encontrar una playa con cómodas tumbonas, pero, desafortunadamente, nos decepcionamos.
Llegar allí fue pan comido gracias a la buena y fácil carretera que conduce directamente a la playa. Sin embargo, nos desanimó la alta tarifa de estacionamiento de 50 kuna (solo efectivo, pero aceptan euros a una tasa de conversión de 7 euros).
La playa en sí es encantadora, con arena blanca y guijarros de tamaño medio a pequeño. La bahía es pequeña y pintoresca, con agua cristalina y una impresionante vista de las montañas del continente.
Desafortunadamente, las instalaciones dejaron mucho que desear. Las camas y sombrillas cuestan una fortuna de 120 kuna, y las camas de plástico duro no tenían ningún acolchado. Para empeorar las cosas, los dos baños portátiles (uno para hombres y otro para mujeres) eran del temido tipo Dixi y olían a desagradables olores. No había papel higiénico a la vista, ni estaciones de lavado de manos.
En el lado positivo, hay un bar ubicado justo al lado de la playa. Sirven los favoritos de comida rápida como hamburguesas y papas fritas, junto con bebidas refrescantes y música animada.
En resumen, esta playa es lo suficientemente agradable, pero el alto costo de las instalaciones mediocres deja algo que desear.