Esta playa es una verdadera joya natural, con su belleza salvaje y la falta de cafeterías y restaurantes. Para llegar allí, debes atravesar un bosque fragante, no por un camino pavimentado, sino por arena, como toda la isla. La playa está hecha de piedras y guijarros, mientras que el agua está bendecida con arena fina y una larga y poco profunda costa, reminiscente de las Maldivas. Nadar aquí se siente como si estuvieras en un acuario. Insto a todos los visitantes a llevar su basura y desechos con ellos, para que este paraíso pueda permanecer intacto.