El camino que conduce a la playa es bastante estrecho, empinado y desafiante de navegar, especialmente cuando los coches se acercan en dirección opuesta. No obstante, al llegar al final de la carretera, hay un lugar designado para aparcar tu vehículo. La playa en sí misma presume de una impresionante combinación de adoquines y arena, lo que hace que la vista sea pintoresca. Aunque la falta de sombra puede ser una preocupación para algunos, es esencial llevar suficiente comida y bebida ya que no hay tiendas cercanas. Además, no hay servicio móvil disponible, por lo que es mejor venir preparado. Hay opciones de alquiler de kayaks y motos acuáticas disponibles, aunque el comportamiento del propietario fue menos que cortés.