Este lugar es bastante genial, ubicado en el extremo lejano de la playa de Amolofi. Está limpio y ofrece mucho espacio, siempre hay suficientes tumbonas disponibles. Hay algunas piedras en la entrada, pero después de una corta distancia, el agua se vuelve poco profunda y perfecta para los niños. El servicio es bueno, aunque los precios de las bebidas y la comida son un poco caros (5,5 euros por café y agua, 5 euros por helado y 15 euros por pizza). La única desventaja es que no hay mesas para comer, solo debajo de las tumbonas, lo cual no es ideal. Sin embargo, hay una taberna genial justo detrás del área de estacionamiento. Además, hay mucho estacionamiento gratuito disponible.