Esta playa cuenta con una extensa franja de costa, adornada con numerosas tumbonas y una plétora de bares de playa, algunos de los cuales requieren pago, mientras que otros no. El agua es inicialmente pedregosa, pero eventualmente se transforma en arena, aunque algunas áreas pueden sentirse ligeramente fangosas. A pesar de esto, la calidad general de la playa es digna de elogio. En cuanto a los refrescos, puedes encontrar prácticamente cualquier cosa para saciar tu sed. El único desafío potencial es el estacionamiento: hay dos opciones disponibles, una ubicada en la carretera principal que cobra una tarifa de 3 euros y otra situada más cerca de la playa que es gratuita.