Este tesoro oculto de una playa puede que no sea muy conocido, pero vale la pena buscarlo. La costa es rocosa con una mezcla de arena y grava importada, pero el agua es cristalina. Durante el mes de junio, este lugar es principalmente frecuentado por lugareños en días de semana.
Hay algunos encantadores cafés de playa que ofrecen refrescos, así como sillas y sombrillas para que los huéspedes las usen. Si eres un entusiasta de la geología, hay muchas cortaduras de colina para explorar y observar.
Para acceder a la playa, dirígete al cercano pueblo de Mantoudi y organiza un taxi que te lleve allí. Los cafés pueden ayudar con la llamada de un taxi para tu viaje de regreso. En el lado lejano de la playa, hay una parada de ferry, aunque su destino es desconocido.
Aprovecha esta reclusa porción de Evia y disfruta de la tranquilidad que tiene para ofrecer.