Esta playa es absolutamente hermosa, con sus costas de arena prístinas e inmaculadas. Por un precio razonable de €10, puedes alquilar dos tumbonas y una sombrilla para relajarte bajo el sol. Sin embargo, si prefieres ahorrar algo de dinero, hay amplio espacio en la arena o bajo los árboles para colocar tus toallas. Las tabernas locales ofrecen comida y bebida a precios razonables, convirtiéndola en un gran lugar para recargar energías después de un día de natación y tomar sol. Uno de los puntos destacados de nuestra visita fue ver a los cisnes jugando en el mar, lo cual fue tanto divertido como encantador. Para aquellos que disfrutan del snorkel, el lado oeste de la playa es perfecto, con aguas tranquilas y grandes rocas llenas de peces coloridos. En general, esta playa es una visita obligada para cualquiera que busque un día tranquilo y agradable junto al mar.