Situada a tan solo un corto paseo de 3 minutos de las tiendas locales, esta acogedora y apartada playa es una verdadera joya. A pesar de los recientes daños causados por el viento en la isla, tuvimos la suerte de visitarla dos veces y disfrutar de las aguas tranquilas de esta pequeña cala. A diferencia de otras playas, esta presume de finas piedras en lugar de arena, lo que añade un toque único a la experiencia en general. La ausencia de olas hizo que nadar fuera un verdadero placer, y nos sorprendió gratamente encontrar tumbonas gratuitas proporcionadas por el municipio. Para aprovechar al máximo este paraíso oculto, recomendamos llegar antes de las 11 de la mañana para asegurarse un lugar.