Esta playa se encuentra en un lugar algo aislado y es innegablemente pintoresca. Sin embargo, no te dejes engañar por la atmósfera tranquila: una pequeña carretera corre justo al lado, lo que significa que la paz y la tranquilidad pueden ser interrumpidas con frecuencia por el tráfico que pasa. Hay tumbonas disponibles para aquellos dispuestos a pagar por ellas, pero hay mucho espacio libre para cualquiera que quiera venir y aprovechar el paisaje. El agua es cristalina, pero la arena es algo gruesa y no particularmente suave bajo los pies. El lecho marino también es parcialmente rocoso, así que asegúrate de vigilar tus pasos y proteger tus tiernos deditos. En resumen, es un lugar decente para aquellos que buscan soledad, pero no esperes el lujo aquí.