¡También se aplica a las maragkas! Lamentablemente totalmente hacinado. Apenas hay forma de poner tu propia toalla en ningún lugar. Desde la Staubstraße hasta la orilla del agua hay tumbonas y sombrillas que cuestan entre 20 y 50€ sin consumición. Las dos primeras filas están tan cerca del mar que los ferries inundan las tumbonas varias veces al día. Esto se aplica desde Manolis hasta Petrino, es decir, varios kilómetros a la vez. Desafortunadamente también la música muy alta de los bares. La relajación se ve diferente. Debido a la posibilidad de consumo, una gran cantidad de residuos en la playa y en el mar, servilletas, plásticos, etcétera. Suelen ser muy sucios y asquerosos. A veces hay que caminar en el agua para evitar los sofás cama y las multitudes. Puro estrés. Lástima lo de la playa. También pagaría 20€ para tener un lugar para mi toalla como en los viejos tiempos y disfrutar de la playa. Maximización de beneficios a costa de la naturaleza. Duele el alma de cualquiera que conozca Naxos de hace 3-5 años. Los que llevan más tiempo allí no volverán.