Esta playa en Paros se convirtió rápidamente en nuestro lugar preferido para relajarnos. Su simplicidad y autenticidad la hacían destacar, y a pesar de su popularidad, nunca se sintió abarrotada. El agua era sorprendentemente clara y tranquila, lo que la hacía ideal para nadar y flotar. Vale la pena traer una sombrilla ya que solo hay algunas áreas con cobertura arbórea. Si no traes tu propia comida, puedes hacer una pausa rápida en la playa y dirigirte a una taberna cercana para almorzar. En una ocasión, nos aventuramos a Piso Livadi, un encantador pueblo pesquero a solo 10 minutos en coche, y disfrutamos de un delicioso almuerzo antes de regresar a esta playa tres veces más.