La playa es inmaculada y bien cuidada, ofreciendo una abundancia de pequeñas conchas marinas para descubrir. Durante los fines de semana, la zona puede volverse bastante concurrida con los lugareños acudiendo en masa a la costa, lo que hace que el estacionamiento sea un desafío debido a la estrecha carretera. Sin embargo, el vigilante socorrista mantiene una mirada atenta sobre los nadadores, advirtiéndoles que se mantengan alejados del agua durante la marea alta, cuando las olas se estrellan contra la costa.