Aunque no sea la playa más sobresaliente de Bali, este sereno lugar ofrece un respiro pacífico y la oportunidad de presenciar a hábiles surfistas en acción. La arena aquí es de un tono negro impresionante, y los visitantes pueden estacionar sus vehículos a lo largo del camino de tierra sin ningún problema. Mientras te acercas a la playa, podrás ver búfalos de agua pastando tranquilamente en los exuberantes campos. La zona circundante está salpicada de vibrantes frutos de pandan naranja y altas palmeras. A diferencia de otras playas de la región, no hay muelles bulliciosos ni paseos marítimos, y no encontrarás vendedores vendiendo sillas de playa. Personalmente, visité esta playa únicamente por el resort y no me bañé en el agua. Durante la marea baja, el paisaje rocoso puede no ser el más pintoresco, pero sigue valiendo la pena visitarlo para aquellos que buscan una escapada tranquila.