Me decepcionó mi visita a la playa, ya que solo logré detectar dos dragones, que estaban bostezando y parecían demasiado vago para moverse. No pude evitar preguntarme si fueron hechos intencionalmente para tener sueño y menos agresivo. Además de eso, también me encontré con algunos ciervos y jabalíes.
Toda la experiencia se sintió como una trampa turística, con cientos de turistas deambulando por arbustos vacíos. Finalmente, logré detectar un dragón, pero parecía más una mascota bien alimentada que una criatura salvaje. Sorprendentemente, he visto más dragones de Komodo en el zoológico y he pagado mucho menos por esa experiencia. Lo más destacado de la visita fueron las tiendas de recuerdos y los puestos de bebidas, donde los vendedores estaban ansiosos por hacer una venta.
En general, me fui decepcionado y no recomendaría esta playa. Quizás la isla Rinca, como se muestra en las fotos que he visto, tiene una mayor cantidad de dragones que ofrecer.