Situada a escasos metros del puerto, esta pequeña playa de arena puede parecer compacta, pero no escatima en belleza natural. Aunque la mayoría de la playa está salpicada de sombrillas y tumbonas que requieren una tarifa de alrededor de 15 euros por pareja, existe una sección gratuita que tiende a llenarse bastante, dejando poco espacio para los visitantes.
A pesar de la estrechez de las dimensiones, las aguas cristalinas y la abundancia de peces cerca de la costa hacen de esta playa un destino imprescindible. La poca profundidad del agua también la convierte en perfecta para flotar y relajarse. Con pocas otras playas de arena en la zona, definitivamente vale la pena visitarla, especialmente ya que las otras opciones son propiedad de hoteles o están llenas de tumbonas y rocas.
Si buscas saciar tu sed o comer algo, prepárate para gastar un poco más de lo que lo harías en las tiendas del pueblo de San Domino, ya que los precios en las cafeterías y tiendas cercanas son un poco más elevados, con una lata de limón costando alrededor de 3 euros.