A pesar de las condiciones meteorológicas menos que ideales durante nuestra reciente visita, la playa aún resultó ser un destino valioso. La vasta extensión de la costa arenosa, las cristalinas aguas y la fina y oscura arena - a pesar de su tendencia a adherirse a todo - fueron todos puntos destacados de la experiencia. Sin embargo, la presencia de numerosos perros corriendo libremente por la playa fue un poco molesta, con uno incluso orinando a pocos metros de nuestras toallas. La falta de contenedores de basura y el largo camino de tierra de 2,5 km que conduce a la playa, junto con la tarifa de estacionamiento de €8, restaron valor a la experiencia en general. Si bien puede haber otras playas con una mejor infraestructura y accesibilidad más fácil, esta todavía tiene sus encantos.