La playa en sí es agradable, con muy poca gente y arena granulada. El fondo marino desciende rápidamente.
Se accede en bote auxiliar o a pie, aunque vimos llegar dos quads. Sí, pero nos preguntamos de dónde, ya que la carretera está cerrada. Caminamos hasta Lu Pultiddolu, y el camino, aunque parecía sencillo al principio, presentaba más de una dificultad, desde encontrarlo (en primer lugar) hasta afrontar ciertos tramos haciendo convivir las piernas con los arbustos (con razón, la naturaleza está en su hogar). Recomiendo seguir pequeñas pistas que te ayuden a encontrar el camino correcto: pequeños montones de piedras, que indican bifurcaciones o el camino correcto. Al principio no me di cuenta, luego me di cuenta de que eran una ayuda. Al salir, al no haberlo atrapado de inmediato, me encontré en algunos lugares con vistas al mar, que estaban a punto de hacernos desistir. Por suerte seguimos, y valió la pena el juego.