Esta playa es sin duda un espectáculo para los ojos cansados, pero no esperes mucha emoción. El agua es cristalina y la vista es impresionante, pero ten cuidado: la transición repentina de aguas poco profundas a profundas puede ser traicionera para los nadadores inexpertos, especialmente para los niños. No olvides traer tus zapatos de natación y una superficie cómoda para sentarte, ya que las piedras pueden ser bastante gruesas. El ruido de la calle cercana es tolerable, pero no exactamente pacífico. Y si planeas conducir, asegúrate de estacionar en el puerto deportivo y no frente al túnel de la casa de limón, o arriesgarte a que tu coche sea remolcado más rápido de lo que puedas decir "playa".