Después de un viaje en barco de 40 minutos desde el Puerto de Tongyeong, llegué a la isla a las 9:40 de la mañana. Al poner un pie en la playa, no pude evitar notar que el agua no era tan cristalina como había esperado. Un lado de la playa tenía arena blanca mientras que el otro estaba cubierto de grava, pero las mareas en Corea del Sur parecían marcar la diferencia. El agua era más profunda que en la costa este y algo turbia, lo que hacía imposible hacer snorkel. Sin embargo, la asociación de residentes locales había instalado tiendas para alquilar sombrillas y flotadores, y los precios eran razonables.
Los lugareños fueron lo suficientemente amables para guiarme, pero si buscas comida que no sea de pollo, solo hay dos opciones, y cuestan 25.000 won. El envío tarda alrededor de una hora, pero el sabor es decente. El agua es profunda, por lo que es esencial mantener un ojo en los niños. Además, mantén un ojo en las motos acuáticas, ya que pueden ser bastante intimidantes. Solo las personas indígenas pueden montar botes con automóviles en Bijindo, así que tenlo en cuenta. En general, la playa de Bijindo es un lugar hermoso para visitar, pero prepárate para algunas limitaciones.