Cheok Van Beach proporcionó un respiro muy necesario del ajetreo y el bullicio de la ciudad de Macao. Durante mi visita a mediados de los 90, el único casino a la vista era el Floating place, y el enclave aún conservaba la distintiva influencia portuguesa. Mi estancia en el Hotel East Asia, que emanaba un aire de antigüedad, me sumergió realmente en la experiencia oriental. A pesar del clima caliente y húmedo, la pintoresca playa con sus aguas cristalinas y su suave arena hizo que valiera la pena.