Aunque la playa tenía el potencial de ser un hermoso lugar para relajarse y disfrutar de un baño, nuestra visita fue empañada por la abrumadora cantidad de basura y desechos en el mar. Incluso cuando logramos encontrar un área más limpia para nadar, todavía parecía que estábamos nadando en un vertedero. No tuvimos la oportunidad de probar la comida, pero había duchas y vestuarios disponibles para su uso. Si se deseaba, los visitantes podían pagar por tumbonas o traer sus propias sombrillas. Cabe destacar que los baños requerían una tarifa de 0,50 euros, pero no podemos comentar sobre su limpieza.