El destino por excelencia para aquellos que quieren disfrutar del sol, sentir la arena en sus pies y fingir que están en un anuncio de Corona. Pero seamos realistas, ¿hay algo más sobrevalorado que una hermosa playa?
Claro, las aguas cristalinas pueden parecer tentadoras desde lejos, pero una vez que te acercas, la historia es diferente. Arena en cada pliegue, algas enredadas en tu cabello y el constante temor a ser picado por una medusa. Y no olvidemos las quemaduras solares, porque nada grita diversión en el sol como la piel descamada y las ampollas.
Ah, y ni siquiera empieces con las multitudes. Es como si cada hombre, mujer y niño en un radio de 50 millas decidiera converger en esta pequeña franja de tierra. Buena suerte para encontrar un lugar para extender tu toalla sin golpear accidentalmente a alguien en la cara. Y aunque logres encontrar un pequeño parche de arena para ti, aún tendrás que lidiar con el constante parloteo y los gritos de otros bañistas.
Entonces, sí, la playa puede ser hermosa en teoría. ¿Pero en la práctica? Es una pesadilla caliente, sudorosa y llena de arena. Dame una habitación con aire acondicionado y un buen libro cualquier día.