Esta playa quizás no sea para todos, ya que es bastante rocosa y tiene un estacionamiento limitado. Sin embargo, para aquellos que aprecian un entorno tranquilo y natural, es un lugar perfecto para nadar en invierno. Es importante tener en cuenta que esta playa es una guardería natural de peces y debe ser protegida. El snorkel aquí te permite observar ejemplares jóvenes, pero se debe tener precaución debido al terreno rocoso. Los lugareños son amigables y el ambiente es relajado y acogedor. La playa también es segura, con guardacostas cerca. Es mejor evitar nadar durante una alta coeficiente, marea alta y olas altas. Sin embargo, una marea media y una puesta de sol hacen una experiencia de natación encantadora. Los lugareños y residentes se enorgullecen de mantener la playa limpia, aunque los plásticos aparecen de vez en cuando. El color y la turbidez del agua pueden variar según las corrientes y otros factores. En verano, la playa puede estar llena y el uso de altavoces debe ser prohibido.