La duración de la espera por una porción de pastel fue bastante prolongada, y el café servido no resultó tan robusto como había esperado. Sin embargo, sí me deleité con una exquisita porción de tiramisú que me dejó completamente impresionado. Por otro lado, el cheesecake no cumplió con mis expectativas, especialmente considerando su estatus como el postre más caro del menú. Además, el cargo adicional de tres euros por la cobertura de frutas me pareció excesivo, ya que la cantidad y variedad de frutas proporcionadas no justificaban del todo el costo. Quizás una selección más diversa de frutas rojas hubiera sido una opción más adecuada y con mayor valor agregado.