Si buscas evitar el bullicio de las playas turísticas del Mar del Norte, no busques más que esta joya escondida. Aquí puedes volar una cometa, darte un refrescante baño en el agua y disfrutar de algunos bocadillos y bebidas (admitidamente caros). Los baños públicos están disponibles para tu comodidad, así como las dunas accesibles con sus pintorescos senderos para caminar y su diversa flora y fauna. Las familias con niños pequeños pueden estar tranquilas sabiendo que esta playa es segura para todas las edades. Para llegar aquí, simplemente sube al Tranvía 12 y recorre todo el camino hasta Duindorp, la última parada. Y si tienes ganas de disfrutar de mariscos frescos, el cercano puerto y los mercados de pescado están a solo un corto paseo de distancia. Para una experiencia de playa más serena, dirígete más al sur hacia Kijkduin.