La playa es absolutamente impresionante, con una atmósfera serena y arena suave perfecta para nadar. Aunque el sendero que lleva a la playa es un poco empinado, durante la marea baja, puedes dar un paseo tranquilo por la costa para llegar a ella. Sin embargo, ten cuidado con las aves Wacker que patrullan la zona. Aunque son amigables, ¡una de ellas logró colarse en mi mochila y arrebatar nuestros sándwiches, arrastrándolos hasta la mitad de la colina! Además, experimenté algunas picaduras de mosquitos de arena, por lo que es recomendable llevar repelente.