¡Qué destino encantador! Aunque la caminata desde el estacionamiento requiere un descenso de 20 minutos y algunas áreas pueden ser resbaladizas y requerir el uso de las manos para mantener el equilibrio. Sin embargo, en el camino hay impresionantes vistas de Cabo da Roca, la playa misma y sus imponentes acantilados. Llevamos a nuestra hija de 5 años por el sendero sin ningún problema, pero si tienes un cochecito, es mejor evitarlo. La playa es bastante amplia y, gracias a la caminata, no está demasiado concurrida. Quedamos impresionados por los visitantes con tablas de surf y grandes sombrillas: ¡se merecen un aplauso! Además de la playa, también puedes dar un breve paseo para descubrir la bahía escondida o escalar los acantilados. También hay sombra disponible cerca de los acantilados. Aunque la caminata cuesta arriba puede ser agotadora, es de alguna manera más fácil que el descenso. Pasamos aproximadamente de 3 a 4 horas en la playa, saboreando cada momento. Por último, ¡mímate y evita usar chanclas en tu camino allí!