Inicialmente, solo planeábamos quedarnos una noche, pero quedamos cautivados por la serena ambientación y decidimos extender nuestra estadía a tres noches. Este lugar es, sin duda alguna, el parque más exquisito de Portugal que hemos encontrado. La atmósfera pacífica, los alrededores tranquilos y los esporádicos aviones de Ryanair sobrevolando lo hacen el lugar perfecto para relajarse. El personal es amable y servicial, las parcelas son espaciosas, equipadas con EHU, y los baños están limpios y bien mantenidos. Nuestro amigo peludo estaba extasiado con la proximidad de la playa y el fantástico paseo marítimo. Además, hay algunos bares decentes en las cercanías, lo que lo convierte en un lugar ideal para desconectar.