Esta pequeña playa presume de una cálida y hospitalaria costa de arena, pero las frías aguas del Atlántico pueden sorprenderte. Debido a su ubicación en la costa, la corriente de Benguela es responsable del flujo de agua fría, lo que resulta en un refrescante chapuzón. Sin embargo, las pintorescas vistas de la Montaña de la Mesa, Ciudad del Cabo y la Isla Robben compensan con creces las aguas frías. Durante los fines de semana soleados, la playa puede estar bastante concurrida, lo que puede dificultar encontrar un lugar de estacionamiento. Afortunadamente, la ciudad ha implementado una iniciativa para etiquetar a los niños para una fácil identificación en caso de niños perdidos, lo cual es altamente visible y digno de elogio. En resumen, una experiencia maravillosa en la playa.