La belleza de las playas de Menorca es indudable, pero el daño causado por el turismo masivo es una tragedia. El agua está contaminada con petróleo y plástico, y se cobran tarifas para entrar en la isla, pero el gobierno no protege adecuadamente el medio ambiente. Hay reglas, pero no hay aplicación, por lo que se pueden encontrar personas tocando música fuerte y botes cruzando áreas restringidas. Hay pocos botes de basura en los senderos y gran parte de los residuos son dejados por aquellos que no llevan su basura de vuelta. Asegúrate de usar gafas de natación para detectar las medusas, ya que a menudo no se levantan banderas de advertencia. Un día en la playa puede convertirse rápidamente en amargo si te pican, así que toma precauciones y disfruta del impresionante paisaje de manera responsable.